HISTORIA DE LA REPOSTERIA

 HISTORIA DE LA REPOSTERIA


Para ponernos en antecedentes, el gusto por lo dulce es tan antiguo como la humanidad. Aunque es cierto que durante muchos siglos, las únicas fuentes de dulzor conocidas fueron las frutas y la miel. En la Biblia y en el Corán hay numerosas citas de la miel y de los frutos secos, que combinados y elaborados convenientemente, daban lugar a ricos postres.

El dulzor de la caña de azúcar procedente de oriente llega al mundo occidental durante la Edad Media, como una exquisitez reservada a las mesas de los aristócratas. Las farmacias, así como los conventos y monasterios, fueron los encargados del desarrollo de la repostería en esta etapa en la que el azúcar se tomaba en ocasiones especiales y se usaba también como método de conservación, por ejemplo, de la leche en forma de leche condensada.

El consumo de azúcar en esta época se combinaba con otros endulzantes y esencias como la vainilla o la canela. Recordemos que el chocolate no llegó a Europa hasta la conquista del nuevo mundo.

Durante la época de Napoleón, y como consecuencia del bloqueo naval impuesto por los ingleses, se empezó a obtener azúcar de la remolacha. Y desde esa fecha, histórica en el mundo de los dulces, se ha producido una auténtica revolución del azúcar, pasando de las mesas reales a las despensas del pueblo.

El auge de la repostería

En el siglo XIX los franceses inventan el “dessert”, palabra que tiene su origen en el verbo “desservir” o “recoger la mesa”. Cuando la mesa queda libre de platos y copas, llega el momento de las sorpresas dulces, los postres.

El auge de la repostería y la confitería vino acompañado del incremento en el nivel de vida de los siglos XIX y XX y estas han alcanzado un nivel de especialización y refinamiento muy elevado en solo 200 años. 

El siglo XX ha sido el siglo en el que hemos empezado a preocuparnos por todos esos problemas de salud o de estética, que comienzan por la alimentación. El azúcar se convirtió rápidamente en uno de los productos más consumidos y eso, como cualquier exceso, repercute en problemas de salud de todo tipo. Hoy en día se calcula que un 70% de los españoles deben, por un motivo u otro, suprimir, reducir o controlar el consumo de azúcar.

Por otro lado, durante las últimas décadas del siglo XX, la revolución de lo “light” y las famosas “dietas de adelgazamiento” invadieron nuestro mundo. Actualmente se está comprendiendo que esa tampoco es una propuesta “equilibrada”.

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